¿Cuántos seguidores tienes?

¿Cuántos seguidores tienes?


Hola hermosa, en el escrito pasado, charlaba contigo respecto a quién seguías, y algunas recomendaciones para reflexionar. Hoy quiero hablarte de un hombre poco común, que estuvo entre nosotros, alguien que tuvo que ver con el curso de la vía láctea y sintió en su cabeza cristales molidos1.

Este hombre me ha amado más que nadie en el mundo, dio su vida para que yo tuviera esperanza y una vida eterna (Juan 3:16). Él es el influencer por excelencia, el líder perfecto. Aún sin la tecnología que ahora tenemos; tuvo y sigue teniendo más seguidores que cualquier personaje de las redes sociales ¡¿Cómo es esto posible?! Vamos a verlo.

El verdadero liderazgo

Ahora que estarás de regreso en tus clases virtuales, en contacto con tus maestros, amigos, nuevos amigos y compañeros; puede ser una buena oportunidad para reflejar con tu vida, a Aquel que te ama, te ve y te espera siempre con los brazos abiertos.

Si quieres saber cómo ser popular, no hay mayor ejemplo que Jesús. Cuando Él estuvo con nosotros, nos enseñó con su vida lo que es ser un verdadero líder. Te comparto sólo tres de las muchas características del liderazgo por excelencia:

  1. Benignidad. Parece algo ilógico que una de las características sea, ser bueno; pues en la escuela la mayoría de las veces creemos que estamos en guerra y debemos sacar nuestras mejores armas. No obstante, la benignidad es la mejor marca que puedes tener, cuando alguien necesita ayuda. Jesús mostraba su bondad y misericordia siempre, su victoria la ganó en la cruz, y aún ahí mostró su amor para su compañero (Lucas 23:39-43). Incluso en la cruz tuvo seguidores.

  2. Humildad. Ser humilde no tiene que ver con cuánto dinero tienes, ni cómo te sientes. El antagónico de la humildad es la soberbia, orgullo o egocentrismo. Esto tampoco tiene que ver con la «autoestima». La humildad tiene una relación directa con el corazón y tu identidad ¿Quién eres? ¿Para qué fuiste creado? Las respuestas a estas preguntas, son las que te llevan a tu verdadera identidad y por lo tanto a la humildad. Jesús lo tenía claro, Él sabía quién era y para qué había venido a la tierra (Filipenses 2:6). No vino a ser alabado, vino a servir y morir por ti y por mi, para que tengamos vida en Él.

  3. Integridad. Esta cualidad es de las más difíciles, ya que tenemos una guerra constante en nuestro interior. Sin embargo, Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7). Cuando yo recurro al Todopoderoso, puedo tener victoria. Mi intención de ser la misma por dentro y por fuera (íntegra) es excelente, pero, no lo puedo lograr sola, esto es fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22, 23), no de mi esfuerzo. Jesús siempre tuvo su consciencia tranquila Él es íntegro, perfecto. No mintió, no hurtó ni hizo nada malo. Por eso la gente lo seguía, era diferente.

Si tú no conoces a Jesús, te invito a que lo hagas, créeme, no te arrepentirás. Y si ya lo conoces, te invito a ser una digna representante de Dios, donde quiera que estés. A ser una líder por excelencia. Esto se verá reflejado también en las personas que te siguen o recurren a ti cuando están en crisis y necesitan ayuda. Esa será tu oportunidad de servir.

Recuerda… «Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva» Filipenses 1:6 (TLA).

Con cariño, Gaby Ramírez

1 Canción del Elegido, Silvio Rodríguez

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