Una arma poderosa

Una arma poderosa


Hola hermosa, hoy quiero hablarte de un tema que tal vez lo has escuchado muchas veces. De hecho, aparece en repetidas ocasiones en la Biblia. Así que eso me indica, que es un tema muy importante. Antes de seguir, me gustaría que meditaras en las siguientes preguntas ¿Qué haces cuando algo no sale como lo habías planeado? ¿Cómo reaccionas cuando alguien empieza a «atacarte» verbalmente? ¿Qué sale de tu boca cuando otra persona hace algo que te lastima?

Si eres de temperamento colérico, seguramente al igual que yo, abogarías en cada momento por lo que crees que es correcto. Por otro lado, si eres de las mujeres que no confrontan; seguramente te callarás, pero buscarás con quien «desahogarte» y encontrarás rápidamente una aliada a favor de tu causa.

Sea cual sea tu temperamento, hay algo de lo que estoy segura: No te quedarás sin decir nada, siempre tendrás un argumento a tu favor.

Domina tu lengua

La Palabra de Dios habla de un miembro muy poderoso en nuestro cuerpo: La Lengua. La Biblia dice:

De la abundancia del corazón habla la boca. Mateo 12:34 (RVR1960)

Cuando estamos molestas por alguna circunstancia, que no ha resultado como nosotras queremos; tendemos a decir cosas que muy probablemente nos arrepintamos después. Salen de nuestra boca palabras que a veces son como balas que hieren y lastiman, incluyendo a los que más queremos.

Nos dejamos controlar por el enojo, no nos detenemos a meditar lo que decimos, y ni siquiera nos damos cuenta del poder que tienen nuestras palabras.

No obstante, Dios sabe perfectamente que esta, es una de nuestras debilidades principales, y por tal motivo, Él nos dice:

Cuida tu lengua y mantén la boca cerrada, y no te meterás en problemas. Proverbios 21:23 (NTV)

Muchas veces, entramos en conflicto porque defendemos una postura. Ya sea en persona o incluso en las redes sociales, discutimos y nos enojamos si nos sentimos agredidos o tienen un pensamiento diferente al de nosotros. Ahora, no está mal que puedas intercambiar conocimiento, pero si este conocimiento desata una discusión, no es sabio seguir con ello. Si seguimos tratando de que los otros «entiendan», y nos enfrascamos en una discusión, no es sabio. Dios dice:

La lengua de los sabios hace que el conocimiento sea atractivo, pero la boca de un necio escupe tonterías. Proverbios 15:2 (NTV)

Aun y que pensemos que tenemos la razón, si el conocimiento que queremos compartir no es atractivo para el otro, no estamos siendo sabios. Es mejor dejar esa charla. Y rendirnos a Dios, para que Él nos de dirección y de su gracia. Sólo así podemos enfrentar el problema que estamos pasando.

No te voy a negar que es difícil refrenar la lengua. Ya sea con nuestro esposo, nuestros hijos, compañeros de trabajo o personas que están a nuestro cargo. Pero quiero decirte que no es algo con lo que tú tienes que cargar. No está en tus manos, Dios es el único que te puede socorrer en ese momento, y dar el poder para refrenar tu lengua.

Te invito a que en ese preciso momento, en el que sientes la necesidad de reaccionar con enojo (en persona o en redes sociales), clames a Dios como lo hizo el salmista y digas:

Toma control de lo que digo, oh SEÑOR, y guarda mis labios. Salmos 141:3 (NTV)

Estoy segura que Él te responderá, como lo ha hecho conmigo.

Con cariño, Gaby Ramírez

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